viernes, 24 de febrero de 2017

La pasión de una madre.

Pongámonos en que pronto voy a ser madre y decido que quiero que mi hijo tenga unos buenos tenis, los mejores si es posible, que sean resistentes, que pueda crecer con ellos, con los que pueda aspirar muy alto, que los disfrute y nos haga disfrutar viéndole.
Busco y encuentro un lugar que a priori parece el ideal para adquirirlos, me gusta y contacto con alguien que se ha movido siempre en el mundo del calzado deportivo, no le conozco pero confío en el buen hacer de él y los que le rodean. Le doy de mi bolsillo 137€. 
Yo resido en otro lugar, tengo una vida y responsabilidades, como todo el munqdo, aparte de mi deseo de conseguir esos tenis, así que le encargo la misión de hacerlo a él.
Vamos hablando y me cuenta que todo va bien, que ha invertido esos 137€ en papeletas de la mejor marca deportiva del mundo, unas papeletas caras que parecen tener un porcentaje de suerte más alto. 
No piensa que quizás es mejor guardar la mitad del dinero por si no toca para unos tenis más modestos, ni en ir comprando poco a poco a buen precio que me asegure tener siempre un fondo de armario, se supone que es él el que sabe, yo no entiendo del tema, no me queda otra que confiar. 
Me llega que el asunto va mal pero no pienso que un profesional o varios me estén engañando.
Lo que si descubro con el tiempo es que su labor sale cara.
Llega el día del sorteo, van saliendo mis números, como me vaticinó que pasaría el responsable al que designe la misión de encontrar el mejor calzado deportivo. Y cuando solo queda una última bola por sacar veo como son cuatro las manos que entran en la urna, con la atenta visión del mundo entero más los notarios que están ahí para dar fe de su legalidad y aún así nadie dice nada. Por supuesto no salió la bola legal. Solo fue un bonito espejismo del cielo para poco después caer en el peor de los infiernos.
Mi familia amigos y yo nos quedamos destrozados, todos los que soñábamos con ver triunfar crecer y disfrutar seguro a ese niño, al que cada día queremos más.
Así que decido trasladarme al lugar donde se fabrican esos tenis, donde se lleva a cabo la elaboración de lo que yo ansío, aún me quedan unas cuantas papeletas, con ellas puedo y me introduzco de lleno en el proyecto de creación. Descubro que algunas de mis papeletas este señor que contraté las revendió por un céntimo, una muestra de la mala gestión o planificación en el gasto de mis 137€, así que me querello con él. 
No doy crédito y decido ir prescindiendo de todo el que no me pueda fiar e intento, aún sin conocer el mundillo, abrirme paso yo sola, encontrándome todas las trabas posibles y capeando con ellas como puedo.

Mi bebé ya es un niño de 7 años, y ahora también tengo más pequeños y niñas para los que quiero esos tenis también, no he conseguido ni busco, recuperar los 137€ ni tengo todavía los mejores tenis del mundo.
Sigo liada intentando recuperar el valor de mis papeletas, las que aquellos impresentables me malvendieron por un céntimo, pero estoy aquí, dónde es posible confeccionar ese calzado, aprendiendo con los míos, mejorando cada día, el progreso nos da para aspirar alto y mientras tanto mi pequeño luce cada día más guapo, sano y seguro, se atisba un futuro prometedor para él, para nosotros, sino desisto en mi lucha.

Llegué a este lugar para muchos como una intrusa, pocos ven el trabajo que hago en la industria del calzado deportivo de aquí, los que tienen poder me detestan, nunca entenderé por qué, y van a por mi de forma sibilina, solo me queda el apoyo y consuelo de los que disfrutan con lo que he conseguido en este tiempo.

Espero que nunca me falten las fuerzas y seguir hasta llegar a lo más alto a base de trabajo y poder recompensar algún día a los que estuvieron conmigo ahí, con grandes logros de mi 'pequeño' llamado Málaga CF. 



jueves, 16 de febrero de 2017

Tertuliana aficionada malaguista y con principios.


Hace ya casi tres años alguien me escribió para preguntarme si me gustaría participar en una tertulia radiofónica malaguista de aficionados, no sé si era la última o la primera opción que barajaron y no entendía por qué yo, la cuestión es que tras hablarlo con mi familia lograron convencerme y accedí. 
No considero que supiera ni sepa muchísimo de fútbol ni de la historia del club, trato con algunas malaguistas que en conocimientos me dan mil vueltas y las admiro. Soy muy perfeccionista y el hecho de que pudiese no estar a la altura me aterrorizaba.
Durante más de dos años, lo que duró mi participación, os juro que cada miércoles al sonar el teléfono de casa y dar comienzo la tertulia me iba el corazón a mil, desde el primer hasta el último día. Nunca lo he disfrutado, la razón por la que seguí es simple, malaguismo. 
Tener la opción de opinar siempre libremente sobre los asuntos referentes al club, defendiendo a institución presidente jugadores temas de la academia y tener voz para poder criticar los robos e injusticias sufridas me hacía estar ahí.
Cada día iba apuntando cosas en mi libreta, para los que me escuchabais, mi famosa libreta si jeje, datos sobre entrevistas noticias rumores proyectos y por supuesto mis opiniones. Me lo tomé como un trabajo aunque nadie nunca me pidió eso, hasta que sentí que todo ese esfuerzo se traducía en tres minutos deprisa y corriendo dejando la mayor parte de mi labor en la nada, eso llego a frustrarme. 
Aportar mi granito de arena contra la corriente de muchos medios que a priori se ve van contra el Málaga fue una motivación pero cuando algo no te hace sentir bien y lo único que te genera es frustración es difícil continuar. 

Nunca me he visto ni he querido ni quiero ser protagonista de nada pero lo que está claro es que alguna razón habrá por la que fui yo la que eligieron para estar ahí y no otra persona hasta el día en que decidí dejarlo, lo cual entiendo debería ser de agradecer por parte del programa que haya dedicado tanto tiempo tantos días e incluso durante mis vacaciones por amor al Malaga a cambio de nada. 

En mi día a día tiendo a quedarme con lo bueno y como todo esta experiencia también lo tiene. Es súper gratificante leer a personas que no conoces de nada alabar tu criterio siendo una sencilla aficionada a la que el malaguismo la supera y que eso llegue. 
Unas veces se está de acuerdo y otra no, me han dicho ambas cosas en cuantiosas ocasiones pero la mayoría con sumo respeto y reconocimiento, igualmente está bien escuchar puntos de vista diferentes, ya lo dijo Nelson Mandela. 
Me siento muy agradecida a todos ellos, esas personas a las que les gustó en mayor o menor medida mi modesta aportación y me lo hicieron saber. 
Twitter me ha regalado eso, no siempre es agradable lo que se lee pero se debe asumir que estar ahí tiene esa consecuencia y cuanto más visible seas más repercusión tendrá todo. Quien no entienda y no sea capaz de asimilar esto debería abandonarlo. 
Ninguno somos perfectos y todos tenemos derecho a opinar. 
Nunca debería perderse el respeto pero eso es algo incontrolable de momento, solo queda tener la suficiente madurez y coherencia para asumir tus errores y que no te afecten los comentarios hirientes de cualquiera. 
Por mi parte siempre intento ser correcta y no decir lo que no me gustaría que me dijeran, paso de lo que hablan o escriben personas que no son de mi agrado y agradecería que fuese recíproco pero cada palo que aguante su vela, ley de causa y efecto, acción repercusión... 

Referente al motivo de toda esta historia, quien hace daño al club me hace daño a mi, lo que hace daño a mis amigos me hace daño a mí y si hay algo que yo pueda hacer como respuesta no dudéis ni por un segundo que lo haré.

Mi temperamento educación y principios me impiden permanecer impasible ante ciertos comportamientos con los que no comulgo y si siento que debo opinar, repito, lo haré, en todos los ámbitos de mi vida. 

Y con esto finiquito el tema radio, gracias por vuestro tiempo y sobre todo gracias a los que me han motivado a que vuelva a escribir.
Un beso a todos y viva el Malaga ! 💙