Hola a todos! Hoy quiero compartir con vosotros un momento de mi día a día en el trabajo, transcurrido esta semana, que más allá de lo sexy que me pudiera resultar después al pensarlo, no fue más que un instante, típico y sin la menor trascendencia.
Trabajo en una tienda de ropa, como algunos ya sabéis, y una tarde de estas llegó una familia compuesta por los padres y dos hijos, chico y chica de edades comprendidas entre 25 y 30 años diría yo. Deduzco que eran hermanos por el parecido físico y por la actitud risueña de ella en todo momento con mis compañeras y conmigo.
Había escuchado a una de mis compis preguntarle si no hablaba el chico y como entre risas la hermana contestaba que es que era muy tímido pero ahí aún no había despertado mi interés.
Unos minutos después la señora de la familia se dirigió a mi y me pregunto como veía al muchacho que acababa de salir del probador para mostrarnos como le quedaban las prendas y me pidió que por favor comprobara si la camisa que le habíamos dejado para probársela era la misma talla y modelo que la que habían escogido en la tienda.
Se encontraba justo detrás de mi y al girarme me lo encontré dentro de lo que podríamos decir mi espacio. Era alto, moreno, con una barbita típica de las del ahora, que dejaba intuir una mandíbula muy marcada y súper masculina, su pelo tenía un punto despeinado, de esos ni cortos ni descuidados pero que no necesitan gomina. Miraba hacia abajo, al igual que hice yo para cumplir con mi cometido. Llevaba un traje azul marino, hecho para él a mi parecer, con una camisa blanca y un corbata perfectamente colocada en un tono celeste que concordaba a la perfección con el modelazo.
Opiné seria y mirando a la familia que la ropa le quedaba bien y me volví a girar hacia él para comprobar lo de la talla, y ahí....
Me acerque y le pedí permiso para aflojarle la corbata, fue entonces cuando nuestras miradas se cruzaron y descubrí unos impresionantes ojos azules que se clavaron en los míos, asintió con la cabeza despacio y esbozó una pequeña sonrisa supongo que por el rubor que nos provocaba la situación .
Estoy segura de que en ese momento me sonrojé pero sin perder un instante ni mi sonrisa, baje la mirada y me dispuse con una destreza sorprendentes para lo nerviosa que me había puesto, a aflojar la corbata y desabrochar los dos primeros botones de su camisa, entre tanto el chico se inclinaba levemente hacia mi para facilitar mi labor, como si se dispusiera a olerme el pelo, mientras mis dedos se deslizaban cuidadosamente por el perímetro de su cuello hasta llegar a su nuca.
Sin más visualice los datos que se encontraban frente a la parte superior de su espalda y se lo dije a los familiares con rapidez para seguir atendiendo al resto de clientes.
Todo esto sucedió en segundos pero será que no estoy acostumbrada a quitar ropa a chicos tan guapos ni delante de tanta gente que realmente supuso para mi el que podría denominar momento más erótico de mi carrera laboral hasta hoy.
Espero que os haya gustado mi pequeño relato y el toque de fantasía que tiene y sobretodo espero que no le llegue lo escrito a aquel bello y tímido chico jeje. Gracias por leerme y un fuerte beso a todos.