viernes, 20 de junio de 2014

Cuestión de principios.

Mis principios no se dejan llevar, no creen en el carpe diem, no son negociables, ni varían con el estado de ánimo, son firmes como piedras e imperturbables ante todo. Estoy bien jodida con ellos.

A cuestionarlos me ha llevado una situación en la cual como es costumbre entran los sentimientos para desestabilizar. La lógica me dice que debo ser prudente antes de tomar decisiones de las que me pueda arrepentir, vaya ayuda! 
Los sentimientos me hablan de rencor, dolor y ponen en duda lo que está bien y lo que está mal. 

Pero ahí están ellos pisando fuerte ante cualquier situación por pensada que estuviera o inesperada que fuese, actuando fríamente por mi. 
Debo agradecerles que me hayan evitado probablemente más de un disgusto y también echarles en cara el haberme perdido una serie de cosas en mi vida por no dejarme la posibilidad de probar.

Cuando alguien se porta mal no somos quienes el resto para juzgar ni imponer castigos, quien este libre de pecado que tire la primera piedra. Siento y pienso que todo el mundo tiene derecho a equivocarse, siempre dentro de unos límites, menos yo que no me lo consiento y me castigo más severamente de lo que nadie lo haría. 

El perdón hace sentir bien, olvidar es difícil pero solo cuestión de tiempo. Yo opto por volver a tender mi mano a todo aquel que la necesite o que simplemente no merece ni despecho. Al igual que la negare siempre a todo el que hiciese méritos para ello.
Para mi es más importante sentirme bien conmigo misma que implantar justicia. Somos dueños de nuestros actos y ellos nos llevarán a ser quienes somos y a que el mundo nos conozca para bien o para mal. 

Los describiría como una mezcla entre cabeza y valor, entre lógica y esfuerzo, raramente actúan en beneficio de uno pero son altamente importantes, carecer de ellos te hace ser cobarde, aburrido y conformista.

Supongo que todos los tenemos pero no todos somos capaces de llevarlos a cabo, siempre habrá situaciones en las que tengamos que mirar a otro lado pero será difícil que yo lo haga cuando vea injusticias y dependa de mi resolverlas en el momento. 

Me gusta la gente con cojones, con carácter, con principios y educación, me gusta la gente que respeta, escucha pero no se deja llevar por lo que dicen, me gustan las personas reales ante todos por igual, que no bailan el agua a nadie y que aún así tienen muchos y buenos amigos. Aspiro a ser esa clase de persona y a rodearme de ellas. 

Admito que a veces soy bastante intransigente, que me he dejado a muchos a los que creí amigos en el camino que quizá merecieran la pena pero para mi es inevitable decepcionarme cuando me fallan y suelo necesitar bastante tiempo para pasar del todo esas páginas.

Dicho esto animo a todo el mundo a que piense en sus principios en si van encaminando su vida o por el contrario los tienen atados, ser fiel a ellos de algún modo y aunque a veces duela, hace más feliz. 

Muchas gracias por leerme y un fuerte beso a todos! 


lunes, 9 de junio de 2014

¿A las mujeres nos gustan los malos?

 A las mujeres nos gustan los hombres que nos tratan mal... Si, tanto como a los hombres les gusta que le den una patadas en los huevos!

Me explico, ya está bien de escuchar ese tópico creado posiblemente por un hombre e incrementado por muchas mujeres en las que es probable que me haya incluido alguna vez, viendo injustificado mi amor por un capullo, pero analicemos.

Es cierto que cuando somos jóvenes, nos fijamos en características de los hombres que en su gran mayoría carecen de importancia: su aspecto, su sociabilidad, su verborrea, su estatus en la sociedad en la que nos movemos, en esa actitud de rebelde sin causa que a la gran mayoría nos volvía loca, pero lejos ya de aquellos años y épocas en las que no teníamos ni idea de lo que era una relación de verdad y las feromonas nublaban nuestros sentidos, queda el concepto de que a las mujeres nos gustan "los malos".

A las MUJERES nos gustan buenos, cuanto más mejor, compresivos, cariñosos, atentos, detallistas y todas esas cosas que sois en inmensas y cansinas dosis cuando nos queréis conquistar jajajaja (que pena que no os dure mucho), el problema está después de esa fase, en la que conseguís coger la sartén por el mango y el que realmente no es de esa condición empieza a jugar con nuestros sentimientos, ahí es cuando desde fuera tooooodos vemos lo tonta que es/somos las mujeres por aguantar y tragar lo más grande, bromas a parte, a todas nos ha pasado, creo. 
Una vez enamorada no es fácil olvidar a aquel chico que conquisto nuestro corazoncito y reemplazarlo por el gilipollas en el que ahora sin venir a cuento se ha convertido. 

Y otra cosita, una aclaración importante, cuando eres bueno de verdad y ella no te corresponde, puedes intentar conquistarla pero si no funciona no te ralles más, NO le gustas! Solo por ser bueno no tenemos que caer rendidas en vuestros brazos, cada mujer es única y diferente a las demás y valora unas cosas en los hombres, por eso no a todas nos gusta el mismo ¡gracias a dios!, cuanto más madura sea más claro tendrá lo que le gusta, valora y quiere, y menos aguantara, pero dejad de justificar no ser atractivo para alguien cargándonos el mochuelo de taradas, que las habrá masocas pero por lo general, tontas a estas alturas, no somos!

He dicho!!! jajajaja
Saludos y besitos amig@s.